Siguiendo nuestro viaje por tierras portuguesas como en anteriores ediciones, en esta ocasión, la parada obligada fue Sintra. Excepcional lugar que despierta sin pestañar la misma idea de belleza en la mirada del viajero, recorriendo una sensación de apacibilidad y bienestar en sincronía con la exuberante vegetación atlántica que la rodea y la hace propiamente como es: enormemente bella.

Sintra es una localidad cercana a Lisboa, situada un poco más hacia el norte, a treinta minutos aproximadamente por autopista, muy cercana a la costa y al parque natural de Sintra-Cascais. Aunque su casco urbano es pequeño, el gran bosque y montaña sobre el que se ubica, sus espectaculares palacios, jardines y villas, hacen de Sintra un lugar especial, teniendo además la categoría de Patrimonio de la Humanidad.

En su centro histórico podemos recorrer sus pequeñas callejuelas del casco antiguo, sus tiendas y restaurantes, y también el emblemático palacio nacional, que destaca por sus dos grandes chimeneas blancas de forma cónica.

Sintra destaca por su colorido y grandes palacios pues fue históricamente lugar de residencia y ocio de reyes y nobles portugueses. Y es por tanto esa combinación de palacios y jardines que los acompañan junto al entorno de frondoso bosque lo que hizo y hace un lugar muy atractivo para pasar sobre todo la temporada de verano.

Cualquier palacio es digno de visita por lo que si queremos ver y saborear bien este lugar, es recomendable una estancia mínima de tres días, pues además hay que tener en cuenta que al estar ubicada en un lugar montañoso y estar los lugares a visitar fuera del casco urbano, en las laderas de las montañas, hay que subir en autobús o coche. Destaca el palacio de Pena y el palacio de Regaleira. El palacio de Pena está en lo alto de la montaña y es de estilo romántico desde además las vistas son espectaculares pues podremos divisar incluso Lisboa y el mar Atlántico; es una maravilla. El palacio de Regaleria que está muy cerca del centro urbano nos hará encantarnos con sus preciosos jardines.

También merece la visita el castillo de los Moros, en lo alto de una montaña, vestigio de la época musulmana por aquellas tierras y desde el que podremos apreciar su estratégica ubicación y extraordinarias vistas panorámicas.

Sintra es un lugar que despierta y aviva los sentidos, pues el conjunto de historia, patrimonio cultural y natural hacen de este lugar un sitio privilegiado de belleza.